Un Dictamen del Comité Económico Social y Europeo, elaborado en 2008, insta a Bruselas a mejorar el marco jurídico para potenciar la minería en la UE con políticas encaminadas a proteger el medio ambiente y el desarrollo industrial
«El 70% de la industria europea depende de sustancias extraídas del subsuelo, en un momento en que la Unión Europea afronta una reestructuración de gran envergadura en el sector de la minería con el precio de los metales al alza». Esta frase forma parte de las conclusiones del Dictamen La minería no energética en Europa, elaborado en 2008 por el Comité Económico y Social Europeo (CESE), con sede en Bruselas, que avanza todo un recetario de recomendaciones a la Comisión Europea para garantizar el suministro tanto interno como internacional con políticas plenamente respetuosas con el medio ambiente.
El CESE es un órgano consultivo de la UE que representa los intereses de los distintos grupos económicos y sociales de Europa. Formado por alrededor de 350 personas, entre las que destacan empresarios, trabajadores, agricultores, artesanos, industrias, consumidores, movimientos ecologistas y miembros destacados de la comunidad científica.
El Comité Económico y Social Europeo emite dictámenes sobre propuestas legislativas. En la práctica es el termómetro sociológico tanto de la industria como de los agentes sociales de la Unión Europea. Los miembros de la entidad son designados por los gobiernos nacionales para un periodo de cinco años
La necesidad de legislar mejor
La Unión Europea está muy preocupada por los límites y dificultades que existen en la actualidad para la obtención de materias primas en Europa. En el citado Dictamen, al que ha tenido acceso este blog, el CESE alerta de que «ni la UE ni sus Estados miembros han evaluado el pleno impacto de la globalización sobre la oferta y la demanda de los recursos minerales».
Por ello, el órgano consultivo de la UE ya instaba en 2008 a la imperiosa necesidad de fijar un marco jurídico estable «para la extracción de minerales y los procedimientos de permisos de exploración», mediante el intercambio de buenas prácticas con «la integración de los estudios geológicos, así como con consultas a los operadores ya presentes en las áreas afectadas por la planificación de infraestructuras y protección de la naturaleza».
Así, el CESE recomienda un sistema de «ventanilla única, un punto de contacto para todas las partes interesadas que participen en la concesión de permisos y que estén en condiciones de evaluar los aspectos económicos, sociales y medioambientales».
En definitiva, legislar mejor, conseguir una mayor eficiencia, eliminar exceso de cargas administrativas y facilitar las actividades de exploración con el máximo respeto al medio ambiente.
Las recomendaciones pasan por establecer «incentivos a las empresas de exploración» sobre la base de un marco legal que fomente la «seguridad jurídica de los arrendamientos de los terrenos a explotar a fin de aumentar la confianza de los inversores», para reducir, en este contexto, el tiempo necesario para la adquisición del espacio para la actividad industrial y asegurando «una aplicación coherente en cuanto a la compatibilidad de los objetivos de protección de la naturaleza con la extracción de recursos minerales».
Un automóvil contiene hasta 150 kilogramos de minerales y más de una tonelada de metales
Estas son algunas de las opiniones del órgano consultivo de la UE para el futuro suministro de materias primas, que son esenciales en la sociedad. Tal y como destaca el informe, los minerales no energéticos son materiales básicos en nuestra vida cotidiana: «un edificio puede albergar 150 toneladas de minerales en forma de cemento, arcilla, yeso, carbonato cálcico, materiales compuestos, vidrios, pintura, cerámica, tejas y toneladas de metales».
El suministro internacional
El Comité Económico Social y Europeo reconoce que «son muchas las razones para importar materias primas desde fuera de la UE». Textualmente, en su Dictamen, el CESE subraya que «el hecho de que los productos importados durante su proceso de producción puedan no haber cumplido las normas ambientales y sociales europeas podría dar lugar no sólo a una pérdida de competitividad de la economía europea, sino también a una relocalización de los problemas medioambientales y sociales».
Por tanto, para la UE es esencial potenciar la minería en su territorio. Con reglas del juego que aporten facilidades a las empresas con la extracción de materias primas, pero también para no estar condicionado a la dependencia del exterior, sobre todo de países en vías de desarrollo donde los controles ambientales son menores o incluso no existen.
Entre las recomendaciones se destaca «determinar cuáles son los recursos estratégicos e identificar y documentar los flujos de importación y exportación de materias primas evaluando su fiabilidad política y económica a largo plazo», así como «incentivar la aplicación de las normas europeas en los países de origen a través de programas de cooperación».
Según datos recabados por este blog de fuentes del sector del Derecho, la inseguridad jurídica en la obtención de permisos, en algunos países, genera «costes sobrevenidos de un 30%» en los proyectos mineros. Este importante incremento devalúa por tanto las actividades empresariales y motiva que las empresas mineras no europeas prefieran desarrollar su negocio fuera de la UE, donde los estándares de seguridad y salud de los trabajadores, así como los controles medioambientales de las administraciones, son infinitamente inferiores con respecto a Europa.
En España, en pleno debate sobre minería sí minería no, sigue en marcha el intercambio de documentación e informes sectoriales entre empresas y administraciones, como en el caso concreto de la mina de Touro, aún pendiente de validación por parte de la Xunta de Galicia.
Mientras no desaparecen las movilizaciones en contra del sector de la minería. Con posiciones encontradas entre empresas que defienden la seguridad de sus proyectos y movimientos ecologistas que se posicionan en contra, en un clima condicionado por las tensiones y los intereses económicos al calor del contexto político electoral que se aproxima con las elecciones municipales y autonómicas.
Este fin de semana trece movimientos sociales de cinco comunidades autónomas han aireado sus críticas coincidiendo con el Día Mundial contra la Minería a Cielo Abierto, poniendo de manifiesto su disconformidad por los más de 2000 expedientes mineros solicitados en todo el territorio nacional.